La Ciudad del Conocimiento se despliega sobre una plataforma circular que parece flotar en el paisaje, generando espacios funcionales, seguros y en armonía con el entorno.
Ubicada en un paisaje semidesértico, la Ciudad del Conocimiento propone una arquitectura circular que se integra con sutileza al entorno. Concebido como un espacio educativo y cultural, el proyecto refuerza la noción de comunidad mediante un volumen liviano y suspendido que alberga aulas y espacios comunes con vistas panorámicas. En contraste, el nivel inferior se adapta a la topografía, generando una relación directa con el terreno. La transparencia del anillo perimetral establece un diálogo constante con el paisaje, promoviendo un aprendizaje en contacto con la naturaleza.